El suburbano de Madrid cuenta con un total de 9.000 cámaras de videovigilancia repartidas por toda la red. Las grabaciones realizadas son muy útiles para diversas investigaciones de la policía.

Las cámaras vigilan incidencias que afectan a los viajeros o aquellas que afectan al propio servicio.

La videovigilancia del suburbano observa diariamente a dos millones de personas que transitan por estas instalaciones. Las cámaras ayudan a identificar robos de carteristas, pintadas de grafiteros y facilitan la rápida intervención de asistencias sanitarias.

Las cámaras de seguridad sirven como pruebas de agresiones o peleas.

La mayor parte de las incidencias son sanitarias. Cuando una cámara de videovigilancia lo capta, se activa un protocolo de seguridad a través del 112. En caso de incendio o un ascensor que se atasque con personas dentro, se da aviso a los bomberos.

Los carteristas y grafiteros del suburbano representan el principal problema de seguridad. Muchos de estos individuos son reincidentes, por lo que resulta muy útil su identificación visual a través del sistema de videovigilancia.

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